Rescate en el Cimarrón

Un rescate en altura no solamente se realiza dentro de un entorno de trabajo, esto puedo suceder en cualquier momento donde la altura, la vida humana y el tiempo se mesclan aumentando la adrenalina en las personas.

El pasado 16 de Noviembre CMS realizo una práctica de rapel y jumarear el Cimarrón, Huehuetenango, que posee 160 metros de altura en el punto donde se instalaron los equipos.

 

Durante el ejercicio no se tenía contemplado la práctica de rescates, mucho menos se contaba con las herramientas para ese suceso.

 

En el descenso de la falla las 9 personas que participaron, lo hicieron sin novedad alguna, en el ascenso comenzó lo inesperado. Justo con la cuarta persona que intento subir, la altura, falta de experiencia y la soledad se apodero del participante que perdió el control de si mismo cayendo en estado nervioso.

 

Estando a 30 minutos de caminata a la carretera principal, 15 minutos al pueblo más cercano en vehículo y a una hora de las estaciones de bomberos y hospitales. Se opto por improvisar el rescate con lo que se tenía a mano.

Mientras todo el rescate se ejecutaba, toma alrededor de 5 horas ya que la idea principal era apoyarlo para que poco a poco pudiese subir con sus propios esfuerzos.

Al entrar en pánico se coloco otra cuerda en paralelo, donde subió otra persona que se encontraba dentro del Cimarrón, tratando de dar los primeros auxilios en apoyo psicológico y compañerismo. Viendo que no se obtenían los resultados pensados, se recurrió a  un plan B.

 

Utilizando 1 par de Jumares, 1 Polea mediana, 4 mosquetones, 3 anclajes y 1 petzl Id, se procedió a jalar la cuerda entre cuatro personas. Que en menos de 30 minutos lograron sacar a la persona atrapada.

Después de todo un día de aventuras, la última persona en ascender por la cuerda tenía apenas 2 litros de agua en el estomago, ya que paso sin comer alrededor de 7 horas en las profundidades del Cimarrón. Logra llegar alrededor de las 7:40 pm.

  

 Sin duda en cualquier momento donde algo falla y se produce una situación peligrosa que seguro que queda en una anécdota de la que se puede aprender algo.